Hace varios años que vemos cascos con el distintivo MIPS en el mercado. Últimamente casi todas las marcas tienen cascos con esta tecnología y en nuestra opinión tendrían que ser todos. El sistema MIPS es una tecnología patentada por un equipo de científicos suecos en 1995 y que se ha ido perfeccionando año tras año.
La mayoría de cascos están pensados para proteger la cabeza de impactos frontales, pero casi siempre cuando nos caemos, el impacto contra el suelo, es lateral. Al darse cuenta que se estaban trabajando en una línea incorrecta en el sector, este equipo de científicos empezaron a desarrollar un sistema que ayudase a contrarrestar los efectos de esos impactos y lograr así cascos más seguros.
Pues bien, ante una caída que implique un impacto con fuerzas laterales, el casco en cuestión rotará de forma independiente alrededor de la cabeza del ciclista, logrando disipar de forma más eficiente las energías de choque originadas, descomprimiendo la cabeza y permitiendo que la transición sea más suave. Así se logra minimizar lesiones y daños para el cerebro, consiguiendo por tanto un casco más seguro.
Esto se consigue gracias a una placa especial de baja fricción que existe entre las almohadillas del casco y la carcasa de poliestireno. Esta placa es la parte encargada de rotar y proteger al cerebro en caso de colisión.
La próxima vez que tengas que comprar un casco detente por un momento y piensa si vale la pena gastar un poco más en seguridad para tu cabeza. Pensamos que si.