Puedes salir con la bici perfecta, transmisión recién ajustada y ruedas a punto, pero en el monte siempre pasa algo. Una piedra mal puesta, un cambio de marcha en el momento equivocado o simplemente el desgaste acumulado que decide manifestarse justo cuando estás a 15 kilómetros del coche.
No hace falta ser mecánico profesional. Con cuatro piezas básicas en la mochila y mantener la calma, casi todo tiene arreglo suficiente para volver pedaleando. Aquí van las averías que más me encuentro en ruta y cómo las soluciono cuando no hay taller a la vista.

Cadena rota
Pasa más de lo que debería. Normalmente por cambiar bajo carga, por un golpe en la transmisión o porque ese eslabón llevaba tiempo pidiendo jubilación y nadie le hizo caso.
Lo notas al instante: el pedal cae en vacío y la cadena está partida o colgando. Sacar el eslabón dañado con el tronchacadenas de la multiherramienta es lo primero. Luego montas un eslabón rápido del número de velocidades que uses, que puede ser desde 8v hasta 12v dependiendo de tu grupo. Cierras tirando de la cadena con las manos o dando un golpe de pedal controlado.
Eso sí, los primeros minutos rueda suave. La cadena ha perdido eslabones y queda más corta, así que evita cruzarla en desarrollos extremos o vas a forzar todo el sistema. Cuando llegues a casa revisa si toca cambiarla entera, porque si está muy estirada o desgastada vas a repetir la faena antes de lo esperado.
En cuanto al mantenimiento preventivo, medir la cadena cada 500-700 kilómetros te ahorra disgustos. Hay medidores baratos que en cinco segundos te dicen si estás dentro de rango o ya toca reemplazo.
Patilla de cambio tocada
Un golpe lateral con una roca, una caída aparentemente suave o simplemente apoyar la bici mal en una parada pueden doblar o partir la patilla del cambio. Si está doblada el cambio no indexa bien, salta marchas o directamente no sube o baja.
Si solo está doblada y no rota, puedes enderezarla con cuidado para poder volver, pero hazlo despacio porque el aluminio no perdona dos intentos. Si se parte, necesitas una patilla de repuesto. Cada cuadro lleva su propio modelo, así que identifica cuál es la tuya y lleva una en la mochila. Pesan nada y un día te salvan la ruta.
Cambiarla en ruta no es complicado si llevas las llaves adecuadas en la multiherramienta, pero si no la tienes puedes intentar volver en una marcha intermedia sin tocar el cambio trasero. No es cómodo pero funciona.
Pinchazo o corte en tubeless
El sellante hace maravillas con agujeros pequeños, pero cuando el corte es grande o está en el flanco lateral, el líquido sale a chorro y no sella. Ahí entran las mechas.
Para agujeros medianos funcionan bien. Localizas el corte, metes la mecha con el aplicador en T (las rectas cuesta más manejarlas), dejas que el sellante haga contacto y en un par de minutos puedes inflar de nuevo. Eliges el grosor de la mecha según el tamaño del agujero. Si el corte es irregular o muy ancho, a veces necesitas dos mechas en paralelo.
Cuando el corte es tan grande que ni las mechas lo arreglan, toca montar cámara. Antes de ponerla, coloca una lámina plástica o boot por dentro de la cubierta tapando el corte, porque si no lo haces la cámara se asoma por el agujero y revienta en cuanto inflas.
Una vez en casa, si dejaste la mecha puesta revisa que no esté reseca. Si ha perdido flexibilidad o el sellante no la ha integrado bien, quítala y pon sellante fresco. Las mechas no son solución permanente, son parches de emergencia.
Válvula o núcleo de válvula dañado
Si el núcleo (obús) de la válvula se afloja o se parte, pierdes aire y no hay forma de inflar aunque la cubierta esté perfecta. Antes de cada salida aprieta el obús con la llave específica. Pesa menos que un chicle y evita que te quedes sin presión en mitad de una bajada técnica.
Lleva siempre un obús de repuesto o directamente una válvula tubeless completa. Cambiarla lleva dos minutos si tienes la herramienta adecuada.
Mando de tija telescópica o cambio electrónico sin batería
Nos acordamos de cargar la batería del grupo electrónico pero se nos olvida la pila del mando remoto de la tija. Quedarte sin poder bajar o subir el sillín en plena ruta técnica es un incordio monumental.
Una pila CR2032 o la que use tu sistema pesa prácticamente nada. Métela en el kit y olvídate. Lo mismo aplica si usas cambio electrónico: comprueba la carga antes de rutas largas y lleva pila de repuesto si tu sistema lo permite.
Tornillo de cala suelto o perdido
No te deja tirado pero hace que enganchar y desenganchar el pedal se convierta en una lotería. A veces entras, a veces no, y en una subida técnica eso es desesperante.
Dos tornillos de cala de repuesto y la llave allen correspondiente resuelven el problema. Revisa el apriete de las calas cada cierto tiempo, sobre todo si notas holgura al pedalear o ruidos extraños en esa zona.
Radio roto
Cuando se rompe un radio la rueda pierde tensión en esa zona y puede empezar a ovalarse o rozar con los frenos. Si el radio queda suelto puede pinchar la cinta tubeless desde dentro o engancharse con otros radios.
En ruta lo mejor es inmovilizarlo con bridas para que no golpee ni se enganche. Si roza mucho contra la zapata o el disco, puedes soltar el radio roto del todo y seguir con cuidado. La rueda aguanta, pero evita impactos fuertes y no te pongas a hacer drops.
Una vez en casa revisa la tensión del resto de radios o lleva la rueda a centrar. Un radio roto suele ser síntoma de que otros están flojos o la rueda ha recibido un impacto importante.
Freno bloqueado por pistones fuera
Cuando las pastillas están muy gastadas y frenas a tope, los pistones salen demasiado y luego no vuelven a su posición. Resultado: la rueda no gira, las pastillas rozan constantemente o directamente el freno queda bloqueado.
Si llevas pastillas nuevas en el kit, cámbialas. Si no, puedes intentar separar los pistones con cuidado usando una tarjeta de plástico, el borde de un desmontable o cualquier cosa fina y resistente. Nunca uses un destornillador metálico porque puedes rayar o dañar los pistones.
Una vez separados, monta de nuevo la rueda y vuelve frenando con suavidad. Si las pastillas están al límite, mejor no arriesgarse a una bajada larga con frenos comprometidos.
Cable de cambio partido
Menos frecuente que antes con los grupos electrónicos ganando terreno, pero sigue pasando en grupos mecánicos. El cable se rompe por fatiga o corrosión, normalmente cerca de las terminaciones o en zonas de roce.
Si llevas cable de repuesto y herramientas puedes cambiarlo en ruta, aunque es una operación delicada sin soporte de taller. Si no puedes, ajusta manualmente el cambio para dejar la cadena en un piñón intermedio y vuelve sin tocar las manetas. No es ideal pero te saca del apuro.
Las fundas en mal estado aceleran la rotura de cables. Revísalas cuando notes que el cambio va duro o irregular.
Corte grande en cubierta
Cuando el corte es tan bestia que las mechas no hacen nada y el sellante se sale como si nada. Aquí la solución es cámara de aire más boot.
Coloca el boot (lámina plástica, parche grande o incluso un trozo de envoltorio de barrita energética) entre la cubierta y la cámara, tapando el corte desde dentro. Así evitas que la cámara se asome por el agujero y explote al primer bache. Infla con cuidado, comprueba que la cámara no sobresale y vuelve sin forzar la rueda.
Es una solución temporal. En casa toca evaluar si la cubierta se puede reparar de forma más seria o directamente cambiarla.
Kit básico de supervivencia en ruta
Esto es lo que llevo siempre. Ajústalo según tu bici, tu nivel mecánico y el tipo de salidas que hagas:
- Eslabón rápido del número de velocidades de tu cadena.
- Multiherramienta con tronchacadenas y llaves básicas.
- Patilla de cambio específica de tu cuadro.
- Cámara de aire ligera. Boot o lámina plástica para cortes grandes.
- Mechas tubeless con aplicador en T.
- Válvula tubeless de repuesto o núcleo suelto.
- Pila para mando remoto si usas tija telescópica.
- Dos tornillos de cala.
- Cable de cambio si usas mecánico.
- Bridas de diferentes tamaños.
- Pastillas de freno de repuesto.
- Mini bomba o cartuchos de CO2.
El peso total ronda los 180-200 gramos dependiendo de marcas y modelos. Si vas justo de espacio o haces salidas cortas, prioriza multiherramienta, eslabón rápido, mechas y bomba. El resto suma pero no siempre es crítico.

Mantenimiento básico para evitar sustos
Revisar la presión de las ruedas antes de cada salida y comprobar que el sellante no esté seco. Si hace meses que no le echas, añade líquido nuevo. Transmisión limpia y cadena dentro de los límites de desgaste. Pastillas con material suficiente, especialmente si vas a hacer rutas con bajadas largas. Tornillería apretada en puntos críticos: manillar, potencia, tija, bielas. Patilla del cambio alineada. Si notas que el cambio no indexa fino o salta marchas sin razón, revísala.
Nada de esto garantiza que no vayas a tener problemas, pero reduce bastante las probabilidades de quedarte tirado por algo evitable.
Preguntas frecuentes
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Estas son soluciones de emergencia para volver rodando. Si algo no queda bien ajustado, revisa la bici con calma en casa o llévala al taller antes de la siguiente salida.